Ante la pandemia de Covid-19, que crece día a día, están surgiendo nuevas variantes que, debido al prolongado encierro, han tenido efectos negativos en la salud mental de la población.
Una amenaza tan importante
Covid-19 ha generado diferentes crisis, como la socioeconómica, que hay que abordar de forma global, porque llevamos un año de cierre y eso ha tenido un gran impacto en la vida social, pero también tenemos la crisis sanitaria, que incluye la salud mental y la física. La salud mental es otro de los problemas creados por la creciente pandemia, que requiere acciones de promoción, atención y prevención por parte de las políticas públicas ante las consecuencias de Covid-19.
Tras un año de encierro, los investigadores señalan que es urgente atender la salud mental de la población. El encierro prolongado es perjudicial y tiene efectos negativos, como la violencia doméstica, cambios en el estilo de vida, depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, entre otros.
La principal víctima de esta amenaza
Según los expertos, es necesario crear una política pública que restaure, eduque y repare la salud mental de la población. Y la programación actual no es suficiente, se necesita un nuevo mecanismo para que lo que se haga llegue a los hogares y la gente salga fortalecida ante la situación que hoy vivimos. Como la población más afectada y vulnerable es la de los niños y jóvenes, subrayan que hay que centrarse en ellos para mejorar su salud mental y física a corto, medio y largo plazo. Subrayan que es prioritario salvar la vida de la población del covid-19 y, al mismo tiempo, hay que trabajar y tomar medidas para lograr un menor impacto en los efectos sanitarios, sociales y económicos.